El concejal radical Martín Serrano es uno de los más jóvenes del Cuerpo, con apenas 31 años.
Desde que ingresó al HCD se hizo notar con particulares críticas y declaraciones contra el Ejecutivo Municipal. También, una de sus características fue oponerse a buena parte de los proyectos presentados por el oficialismo, incluidos los subsidios para entidades, clubes, etc, que sí lo necesitan y que es moneda corriente en la vida de las instituciones.
Esta mañana, en sesión especial, los ediles debían aprobar un subsidio de 225 mil pesos destinado a la Cámara de Turismo, para que pueda realizar la Fiesta Provincial del Turismo, que se desarrollará el próximo fin de semana.
Era algo básico, de rutina, pues casi la mitad de ese dinero lo aporta la provincia, y es lógico que el municipio colabore con el evento (como hace todos los años), ya que es Ley que San Rafael sea anfitrión; además, se pretende con dicha fiesta la promoción del departamento como destino turístico.
Todos los concejales aprobaron la iniciativa en forma nominal, hasta que le llegó el turno a Serrano, quien pidió la palabra.
El edil se quejó que recién el expediente lo había subido el Ejecutivo el jueves, que no lo pudieron tratar en Comisiones y que eso era una maniobra del intendente como tantas (como si se tratara de un acuerdo espurio o una negociación sospechada de corrupción).
Su alocución de cuatro minutos fue ininteligible, y tras un sinfín de divagaciones terminó haciendo referencia a la importancia del agro para la región… y todo para finalmente aprobar la misiva.
Luego pidió la palabra Cristina Da Dalt, quien dijo estar totalmente sorprendida con la ignorancia de Serrano sobre el Reglamento Interno del HCD, ya que es facultad del intendente pedir sesión extraordinaria para tratar distintos temas, que no es necesario el tratamiento en Comisión y que del jueves a esta parte el edil tuvo el tiempo suficiente para leer las dos o tres hojas del proyecto.
Al parecer Serrano busca protagonismo del bueno, y con el tiempo lo pueda lograr; pero sería bueno que, aprovechando el parate de las sesiones ordinarias, se llame a silencio por unos meses, y cuando regrese e intente imponer una postura y/o idea, las mismas tengan un basamento claro y preciso.
Vale decir que los compañeros de bloque del concejal hasta sintieron verguenza ajena de la exposición del hijo del ex legislador provincial, cosa que no podían disimular en sus rostros.