Por segunda vez consecutiva la jornada del Speedway terminó a las piñas el viernes a la madrugada; aunque la “piñadera” no tuvo lugar en la pista, sino en las tribunas.
Además de la gente violenta, contribuye al desorden que haya apenas dos policías contratados por la organización para cuidar a las cientos de personas que asisten todos los jueves a Las Paredes.
Las familias que fueron al evento, sobre todo las que llevaban niños, vieron con estupor como se produjeron corridas en las gradas, las que -por fortuna- no terminaron en una fatalidad.
Asiduos concurrentes al Speedway aclararon en las redes sociales que no volverán a ir, al menos hasta que se detengan estos hechos de violencia, iniciados entre propios vecinos.