No aprendemos más… en especial los jóvenes que salen a divertirse durante la madrugada.
Se alcoholizan, se suben a sus autos (la mayoría prestados por mamá o papá) y hacen estas cosas.
La razón es simple: Con los efectos del alcohol pierden la noción de la velocidad, de los reflejos y adquieren una falsa sensación de seguridad.
Ya es un clásico que estos pibes tomen la Av. Dean Funes o Yrigoyen como una autopista, y como pierden la noción de las distancias terminan frenando a metros de la rotonda, por lo que se «comen» el ordenador vial y caen al canal.
En este caso, ocurrido a las cinco de la mañana, no hubo que lamentar heridos de gravedad, aunque el VW que conducía el joven necesitará internación en algún taller de nuestra Ciudad.