Pasan los directores y continúa el mismo problema en el Htal. Schestakow: LA GUARDIA.
Sabido es que suele colapsar en cuanto a la demanda, pero no es menos cierto que hay un problema organizativo en la misma, que si se solucionara acortaría la demora del paciente que llega en el contexto de una urgencia.
A continuación publicaremos la crónica que dio a conocer una docente en cuanto a la experiencia vivida hace 24 horas:
Miércoles 22 horas – Llego con mi hija al Hospital Schestakow (guardia colapsada de gente, como siempre).
Luego de la presentación de rigor en la recepción de vidrios oscuros, donde no sabes quien te pide los datos, comienza la larga y tediosa espera…
Mientras un joven de mala gana gana te pide el numero de historia clínica (que nunca lo recordás porque vas de urgencia), alcanzas a divisar un uniformado que custodia, a través de la ventanilla oscura, mientras en otro lado se escapan los presos internados; y el joven que luego de atender toma su celular ignorando lo que pasa en la sala de espera o de “amansamiento”.
Corrían los segundos, los minutos y avanzaban las horas, hasta que la espera se transformó en ira.
Un padre que llevaba dos horas con su hijo en brazos llorando con fiebre, abruptamente se paro y pidió casi a los gritos que lo atendieran…
Una mujer embarazada con 18 de presión pedía saber algo de su marido que estaba en la parte de adentro de la Guardia desde hacía horas, y nadie le daba explicaciones…
Otra familia con su hija muy descompuesta…
Otra recién operada de garganta, con fiebre muy alta…
Todo esto y mucho más, en un ámbito donde el olor nauseabundo del vomito de un niño se mezcló con el de otra jovencita.
Al oír y ver nuestros reclamos llamaron a la policía.
Previamente habíamos llamado a los medios de prensa (que nunca fueron, como Canal 6), y de haber hablado por teléfono con el doctor Abel Freidemberg, quien cordialmente me atendió y trató a la distancia dar alguna solución a lo que estaba ocurriendo!!!
Mientras todo esto sucedía, el joven esposo de la chica embarazada (quien decía ser oriunda de Brasil) sale de la Guardia; no se sabe si por propia voluntad o por que causa.
Al salir vuelve a descompensarse, y su fiebre sube abruptamente. Recién en ese momento, y ante los gritos de su esposa, abren la puerta que ya llevaba casi tres horas sin abrirse y sin atender a nadie, y lo vuelven a ingresar Observación, donde rápidamente fue internado. Para mi estupor él en silla de ruedas, casi desmayado, y el camillero llevándolo, la esposa y un policía.
La guardia queda más tranquila, y las horas corrían. El médico da finalmente la cara y comienza a llamar a los pacientes muy «impacientes», pero a una velocidad considerable!!!
Nos toca pasar con mi hija que iba con presión alta. El médico nunca le tomó la presión; le diagnosticó mirándola una sinusitis, y así aparentemente terminaba todo, a la 1:20 de la madrugada.
Pero mi pregunta al médico era más que necesaria: ¿Cómo podía ocurrir esto en la Guardia del hospital?
¿Cómo podía haber solo un clínico en la Guardia?
¿Por qué la atención tan lenta que provocaba ese malestar en la gente?
A lo que contesto: “Yo soy médico, pero también soy persona; tengo que descansar, cenar y atender. Priorizo lo que ingresa por urgencias y los que entran por guardia deben esperar, no hay más médicos, porque no hay recursos. A mi no me pagan desde febrero; nadie quiere venir a las Guardias. No tenemos medicamentos, y esto lo vivimos casi todos los días… ya estamos acostumbrados”.
Muy sorprendida le dije que no podemos ni debemos acostumbrarnos a lo que es normal… Se encogió de hombros y contestó “Es lamentable, pero es así”.
Palabras del doctor Jerez, quien atendía anoche en la guardia.
Ahora mi pregunta es… ¿Es necesario que esto pase?, ¿debemos acostumbrarnos a la decidía y al desinterés?, ¿debemos quedarnos callados seguir dejando que esto siga pasando?
Por lo menos yo no lo voy a hacer… La salud debe ser una prioridad, como la educación y la seguridad, y si los gobernantes no lo entienden que se vayan, porque voy a seguir hablando aunque me lleven detenida! (Claudia Fabiana Moyano).