Hace un par de días compartimos con ustedes las fotos que nos llegaron de unos vecinos de Av. Espejo, tomadas en un baldío de calle Paunero, donde se apreciaban residuos arrojados por un periodista; entre ellos había documentación a su nombre, lo que dejó en claro a quien pertenecían las bolsas.
En su defensa, el comunicador dijo en su muro de Facebook que él no tiró esas bolsas en el terreno inculto, sino frente a su casa, al lado del canasto, tras hacer una limpieza general.
Por esto el hombre pidió disculpas, y responsabilizó a alguien más de haberse llevado esas bolsas y desparramarlas en el baldío.
Igualmente, cuando supo que estas fotos estaban dando vueltas en un grupo de whats App, habló con un vecino que se las dio a conocer y se dirigió al lugar a recoger dichos desperdicios.
«Comprendo la molestia que provocó tan desagradable situación y no guardo ni la menor reserva contra los vecinos que decidieron hacerla pública, porque arrojar la basura en un espacio común, por muy descampado y poco visible que sea, es una conducta lamentable y recurrente en nuestra sociedad, pero no por ello menos criticable e insolidaria, además de irrespetuosa y carente de los más elementales reparos de urbanidad y su reacción está sumamente justificada, porque es cierto que en el lugar se ha formado literalmente un basural de considerables dimensiones y según me expresó el vecino con quien hablé, el escrache, por criticable que sea, es uno de los pocos medios que tienen para luchar contra esas conductas, según me explicó, en lo que interpreté como una disculpa por la desagradable situación en la que se me involucró. Actitud que reconozco y agradezco… Las publicaciones aludidas me imputan un pecado que no cometí, como no sea el de haber dejado estas cosas en la puerta de mi casa para que si alguien las necesitara, pudiera ocuparlas, esperando que el servicio de recolección de residuos municipal se llevara el resto… Digo esto para honrar la verdad y asumir la justa cuota de responsabilidad que me corresponde por mi negligente accionar, no otra», expresó el colega.
El texto anterior fue parte de su descargo por la cuestión que le atribuyeron nuestras fuentes.
HAZ LO QUE YO DIGO…
Lo «llamativo» de la explicación de este comunicador, viniendo de él, es que en un párrafo dijo estar extrañado porque no lo consultamos sobre estas imágenes que ya habían tomado estado público.
En este sentido, le recordamos que él tampoco nos consultó, o dio derecho a réplica, cuando era quien escribía en un triste periódico de distribución gratuita (nacido de dineros de la corrupción), donde en su calidad de responsable editorial (así se presentaba) se dedicaba en una página a criticar medios y trabajadores de prensa (entre ellos miembros de HOY SAN RAFAEL), simplemente porque eran enemigos de su entonces «jefe» (actualmente procesado por evasión y lavado de activos).