La semana pasada, casi por casualidad, una docente descubrió que parte de la comida que llega a la escuela de la Isla del río Diamante era, presuntamente, robada en forma sistemática.
Ese día el menú eran milanesas de pollo, y grande fue la sorpresa de la maestra cuando encontró que alguien del personal de la institución había separado unos tres kilos, y los ocultó en un depósito, para seguramente llevárselos al término del turno.
La docente se lo comentó a otras colegas, y finalmente la información llegó a oídos de la directora, quien tomó las medidas correspondientes.
En diálogo con HOY SAN RAFAEL, una de las docentes, explicó que a veces le llamaba la atención la poca cantidad de comida, en especial de carne, y que ya esta semana vio que las porciones eran más generosas para los chicos.
Seguramente no es el único lugar donde ocurre, por lo cual publicamos esta nota para advertir a las directoras de otras instituciones sobre esta modalidad de robo hormiga.
Además, en estas escuelas urbano-marginales, el almuerzo es muchas veces la única comida que ingiere el chico en el día, lo que agrava el delito (imagen ilustrativa).