Desde anoche, los automovilistas que pretenden cruzar Av. Rivadavia e Iselín se encuentran con la sorpresa que la rotonda que existía allí desde hace unos 4 años literalmente desapareció.
Ningún vestigio queda del ordenador vial que se construyera para hacer mermar la cantidad de siniestros que ocurrían casi a diario en dicha intersección.
Si bien debe cruzarse con la debida precaución, el que tiene la prioridad de paso es quien circula por Rivadavia, ya que sobre Iselín pusieron carteles de PARE.
¿Y QUE PASO CON LA ROTONDA?
Sabíamos desde el vamos que esa rotonda estaba mal hecha, era demasiado angosta; los choferes de los micros de gran porte debían hacer varias maniobras para pasar, y muchas veces se subían a los cordones.
Lo curioso del caso es que años anteriores la habían armado, desarmado, vuelto a desarmar y armar varias veces, porque no acertaban con el ángulo de giro.
Se ve que a los técnicos del municipio les dan calculadoras que no funcionan, y por eso yerran una y otra vez en el diámetro de la rotonda.
Tampoco, negligentemente (y como nos tiene acostumbrados), la Secretaría de Obras Públicas cursó un comunicado a los medios para advertir de la desaparición del ordenador vial, ni informó si la volverán a rearmar.