Días atrás publicamos que vecinos inescrupulosos tiraban todo tipo de residuos, y a toda hora, en el canasto de la escuela Andrade, de calle Dorrego.
Para evitar que eso siga sucediendo, las autoridades del establecimiento le pusieron un candado, con el fin que en la noche y madrugada no le vuelquen residuos en su interior.
Sin embargo, los «malos vecinos» siempre tienen un rebusque para hacer cosas indebidas, por lo cual les colocaron las bolsas sobre la tapa del canasto.
Así encontró el personal de limpieza esta mañana dicho canasto.
¡Increíble!