Muchos frentistas están hartos de encontrarse con vehículos estacionados bloqueando sus respectivos puentes.
Es por ello que pegan carteles de todos los tamaños con leyenda de «prohibido estacionar» en los portones de sus garages, pero muchas veces como estos también son insuficientes para evitar que otros conductores lo hagan, apelan a la creatividad.
Es el caso de la propiedad vecina a la iglesia San José, de Av. Alberdi y Libertador.
El portón que da a Libertador luce estas leyendas, que intentan hacer una evaluación sociológica del por qué la gente estaciona en lugares indebidos, y correctamente señalizados, que invitan a hacer una reflexión.