Desde hace un tiempo unos sujetos se apostaron en la esquina de Los Franceses y Hto. Yrigoyen, con el fin de limpiar parabrisas de los vehículos, a cambios de una propina.
Esta actividad, que cada vez es más común en el departamento, y que incluye a sanrafaelinos y foráneos, muchas veces genera conflictos entre estos limpiavidrios y los conductores. Es que en muchos casos les faltan el respeto a los automovilistas cuando éstos últimos no permiten que les tiren agua en el parabrisas.
Pese a la negativa, insisten en golpearles la ventanilla para pedirles dinero o cigarrillos, y ante la nueva negativa proliferan los insultos o maltratos, incluso les dan puntapies a los vehículos cuando les da el semáforo en verde.
Ya son varias las denuncias que receptó la policía contra estos sujetos, las que terminan en el juzgado de Faltas.
Generalmente son cinco vándalos que se ubican en esa intersección, que como pirañas se tiran sobre los autos. ante la sorpresa de sus conductores, que muchas veces no dicen que no por miedo. Además, ensucian e intimidan a los peatones que pasan por el lugar, y le gritan todo tipo de grosería a las chicas.
Un jefe policial nos explicó que varias veces los llevaron a la Comisaría 32 en concepto de averiguación de antecedentes, y por el artículo 49 del Código de Faltas, que habla sobre molestias en la vía pública.
«El problema es que esa actividad no está prohibida, por lo cual solo podemos interceder cuando hay un denunciante», explicó nuestra fuente.
«Si alguien recibe una molestia en forma directa, puede hacer la denuncia, para que el personal de la comisaría haga el proceso, pero es necesario que haga la exposición formal, porque de lo contrario la causa termina cayéndose», agregó el funcionario.
Además, como en San Rafael no existe una cárcel de contraventores, la acción policial y del juez de Faltas queda en una suerte de reto, pues una multa lo consideran una gracia, pues jamás la pagan.
El Dr. Oscar De Diego, Juez de Faltas, explicó a HOY SAN RAFAEL que varias veces fueron demorados, pero que reinciden y reinciden.
En fin, quizás haya que esperar que cometan un delito mayor para que la Justicia pueda aplicarles la prisión preventiva, aunque mejor sería que tanto los legisladores provinciales como los concejales trabajen en un proyecto de prohibición de la actividad de «trapito», so pena de una sanción mayor a la actual.