En calle Olascoaga 1735, metros antes de Callao, un vecino repara maquinas sulfatadoras. Hasta allí perfecto, porque alguien las tiene que arreglar.
El tema es que lo hace en la vereda, por lo cual pasar por el lugar es un suplicio, debido al olor a plaguicidas.
Y ni hablar del chatarrerío que está depositado en la vereda, que además afea la cuadra.