El productor Héctor Cejudo, de 76 años, está desesperado. Ayer decidió desprenderse de los últimos 3.000 kilos de ciruela seca que le quedaron de la última cosecha, valuada en unos 15 mil pesos, aproximadamente.
Desconocemos algunos pormenores de la operación (que habría sido por teléfono), con un secadero de San Rafael, que al parecer no existía. Lo cierto es que dos hombres llegaron a su propiedad y le ofrecieron transportar la fruta a dicho establecimiento.
Subieron la mercadería a una camioneta Chevrolet (la víctima no supo aclarar modelo y año aproximado) y partieron, desde el domicilio de Cejudo, en calle Quiroga al 100 de Rama Caída.
Más tarde el productor se apersonó en el supuesto secadero, para hacer la cobranza, pero la dirección no existía, ni nada supo de los «fleteros».