A las 10:30 del último martes, la gente que transitaba por calle Buenos Aires al 100, no podían creer lo que veía. Una mujer intentaba estacionar un auto mediano en un sitio donde, para que el lector tenga una idea, luego se ubicó un Chevy, y le sobró espacio.
Tras un sin fin de maniobras, que resultaron estériles para ubicar el coche, la señora se bajó, dejó a sus hijos en el interior del vehículo, y fue a pagar unas cosas, para retornar media hora después.
Desde luego que los rodados que circulaban por la derecha debían abrirse para esquivar la trompa de este pobre autito.