Más allá de lo estrictamente político, el Almuerzo de las Fuerzas Vivas estuvo protocolarmente impecable. A las dos de la tarde ya estaba sentado todo el mundo; los reconocimientos y sus respectivas alocuciones transitaron con rapidez, y hasta los discursos fueron medianamente breves (recordamos un almuerzo en que el ex gobernador Celso Jaque habló durante una hora y media).
La instalación de la carpa, para que las casi 800 personas que asistieron estuvieran cómodas fue otro acierto.
Lo que falló feo fue el servicio gastronómico de Continental, que hizo agua por todos lados, tanto en la recepción, como en el plato frío y el principal, que constó de una carne rellena algo difícil de masticar, sobre todo teniendo en cuenta que el costo de la tarjeta era de $500 para los no socios.
La atención de los mozos sí estuvo a la altura de las circunstancias, al igual que el nivel de todas las bebidas que se sirvieron.