Desde hace más de una década *los apicultores de San Rafael cuentan con este servicio, impulsado por la Municipalidad para acompañar al sector.
Esta semana los productores de diferentes puntos del departamento comenzaron a dejar sus alzas llenas de cuadros para extraer la miel en el edificio de Tulio Angrimán al 1.500.
El primer paso es llegar al “desoperculador” para quitar el opérculo (la tapa que la abeja construye para cerrar la celda) de los paneles. Así se separa la cera de la miel.
Los marcos pasan a un “canasto” que permiten insertarlos en el extractor y -mediante un sistema de centrifugado- extracta la miel. El producto se envía a una fosa y -utilizando una bomba- se pasa a los tambores especialmente adaptados, planigrafiados y con un código de barras para poder exportar.
Cada tambor tiene unos 330 kilos de miel, listos para salir de San Rafael al mercado externo.
La planta tiene una capacidad de producción de 140 tambores diarios.