Este es el estado de calle Vélez Sársfield, entre barrio El Molino y ruta 143.
Se trata de una fábrica de pozos, donde se hace imposible no meter una cubierta dentro de estos baches (de los ciclistas no hablar, ¡pobres!).
La gente encargada de su mantenimiento gasta mucho dinero cada 15 días en cubrir estos «cráteres» con un material que a las pocas horas ya se diluye.
¿Para cuándo la solución definitiva?