El desaprensivo propietario de un loteo privado de Solares del Toledano, no tuvo mejor idea que quemar los pastizales de su terreno, ayer por la tarde.
El fuego se escapó de su control, y poco le sirvió el rociador para fumigar con que quiso apagar las llamas, que alcanzaron árboles nativos y los cierres perimetrales de los lotes vecinos.
Es más, puso en riesgo las casas de los otros propietarios.
¿Hasta cuándo tendremos que seguir explicando que está prohibida la quema de la vegetación?