Si bien es cierto que buena parte de las paradas de colectivos de nuestra Ciudad están mal demarcadas y/o señalizadas, en otras calles y avenidas son fácilmente perceptibles; sin embargo, son cientos los automovilistas que estacionan en las dársenas destinadas exclusivamente a los ómnibus.
La Policía Vial suele hacer multas, pero los infractores vuelven a la carga, una y otra vez.
Hace un par de días nos subimos a un ómnibus de Iselín, y acompañamos al chofer para divisar los vehículos que se detienen en las paradas, generando que el colectivero deba parar en doble fila para recoger y bajar los pasajeros, con el riesgo del caso.
Las siguientes fotos pertenecen a un mismo recorrido, en distintas paradas. Saquen ustedes sus propias conclusiones de lo mal vecinos que somos.