Tarea difícil tuvieron los jueces de la Primera Cámara del Crimen. ¿Qué hacer con una mujer que mató a su hija e intentó suicidarse? ¿Qué habrá pasado por la mente de esta joven de 31 años para atentar contra el fruto de su vientre? ¿No es suficiente castigo lo ocurrido como para darle años de prisión?
Pues bien, finalmente Carolina Salinas fue condenada a 8 años de cárcel, por los magistrados Ariel Hernández, Julio Bittar y Rodolfo Luque.
El fiscal de Cámara había solicitado 10 años, mientras que la defensora oficial que se la considere inimputable, o un máximo de tres años de prisión.
EL HECHO
El 31 de agosto del año pasado, Carolina fue encontrada inconsciente en su cama de la humilde vivienda que ocupaba en calle La Dorada, de Salto de las Rosas. A su lado, ya sin vida, su hija Catalina de 4 años.
Tras escribir dos cartas donde echaba culpa de su depresión a su madre, y a su hija mayor (quien denunció a su última pareja por haberla abusado sexualmente, por lo cual el hombre está en la cárcel), encajó una manguerita al pico de la garrafa, giró la manija y esperó a morirse junto a la criatura.
Ella sólo se durmió, mientras que la niña murió.
UNA TRISTE HISTORIA
Si bien la vida de la presidiaria no fue fácil desde sus inicios, nada justificaba que mate a su hija.
En el debate dijo que había sido abusada sexualmente en su adolescencia; que fue madre soltera; que vivió siempre en la pobreza y sumergida en la depresión y que nadie la ayudó, ni siquiera el Estado.