Acaba de trascender el resultado del test de alcoholemia que se le practicó a Julieta Silva tras atropellar a su «novio», Genaro Fortunato.
La joven, a los pocos minutos del hecho tenía 1,7 gramos de alcohol en sangre; es decir, había bebido más del triple de lo permitido para poder conducir, que es 0,5.
A modo de ejemplo, Julieta tomó el equivalente a un litro de champagne, dos cervezas de litro o tres medidas de fernet, lo que quiere decir que estaba completamente alcoholizada a la hora de tomar el volante de su Fiat Idea.
EXAMEN TOXICOLOGICO
Resta saber ahora si, además de alcohol, Silva había consumido otro tipo de sustancias, como cocaína, marihuana u otras drogas.
Esto complica aún más a la joven, en el caso que la Justicia acepte su teoría del accidente, pues podría recibir el peor de los agravantes por homicidio culposo, ya que también intentó conducir sin sus lentes recetados, con los cuales se presentó para rendir el carnet de conducir.
En tanto, si se sostiene la hipótesis del homicidio adrede, lo que haya consumido poco importa a la causa.