Por mucho menos, en EEUU o un país europeo, un conductor que tiene esta reacción puede ir preso por años. Pero estamos en la Argentina, por lo cual este joven ni detenido estuvo.
La historia fue más o menos así:
Alrededor de las 6 de la mañana de hoy, un muchacho de 23 años que conducía un Peugeot 505, chocó en la esquina de Dean Funes y Sarmiento a un VW Golf.
El sujeto que circulaba por Dean Funes hacia el sur no respetó la luz roja que le marcaba el NUEVO semáforo (frente a La Zona), debido al estado de ebriedad en que se encontraba.
Dentro del Golf viajaba una joven pareja, más una mujer mayor y dos adolescentes que estaban sentadas en la parte trasera del coche. Estas tres últimas fueron trasladadas por una ambulancia del SEC al Htal. Schestakow, donde se las asistió por contusiones varias.
Pero ni bien ocurrió la colisión, el conductor del Peugeot le fue a pegar al conductor del Golf (al que el dosaje le dio negativo) y a su acompañante, primero a mano limpia y después con un palo de escoba.
Como la policía tardaba, pese a que se llamó varias veces al 911, y al ver una testigo que el muchacho trataba de correr su auto (cuando se debe aguardar a Criminalistica) intentó llamar nuevamente al 911, lo que despertó la reacción del agresor, quien le arrebató el teléfono y se lo guardó.
Una vez que la policía llegó al lugar, trató de calmar al sujeto, a quien tuvieron que esposar, ya que quería seguir agrediendo.
El muchacho no tenía carnet ni seguro, y encima el test de alcoholemia le dio positivo.
Más tarde, cuando su padre llegó, devolvió el teléfono arrebatado (que había escondido en un montículo de arena) y terminó por calmarse, y pese a las agresiones de las cuales fue autor NO FUE DETENIDO.