Para que se materialice una estafa tiene que haber dos partes: El estafador y el incauto.
Pese a los tiempos que vivimos, la gente aún es confiada; o más que confiada es tan ambiciosa que no se toma tiempo para razonar o consultar sobre una presunta exitosa operación financiera.
La estafa a la que sometieron a una mujer de 42 años, con domicilio en el Barrio Americasa, es casi increíble.
El primero de mayo en la mañana, Micaela Sanchez recibió un mensaje de texto de un número de Córdoba, donde le dicen que si tiene tarjeta de crédito Visa o Mastercard ganó $250 mil, y pide el remitente que le conteste con un OK.
La mujer respondió al SMS, y en horas del mediodía se comunicó un presunto operador de la empresa «Visa Master» (?) a su teléfono, para darle indicaciones de como tenía que hacer para cobrar el premio (imagen ilustrativa).
Pero cosa rara resultó ser dicho premio, porque el hombre le explicó que para cobrarlo debía pagar primero $5.000 de impuestos a la AFIP, y que lo podía abonar con su misma tarjeta (todo un disparate).
Sánchez no dudó, y le dio el número de la tarjeta, la fecha de vencimiento y el código de seguridad.
La mujer no tuvo más novedades de esa presunta empresa, hasta que dos días después decide llamar al 0800 de su tarjeta, donde le informan que en los últimos días se habían realizado compras por casi 15 mil pesos, a Claro, Cetrogar, Mercado Pago y Personal.
En definitiva, quien la llamó era un estafador, que todas las mañanas envía cientos de esos mensajes, esperando que algún ingenuo cliente de tarjetas de crédito caiga en sus redes (imagen ilustrativa).