Rámon Eduardo Canovas murió en su casa de barrio Policial tras sufrir un infarto.
Se trata de un hombre de apenas 33 años, que al momento de su descompensación se encontraba junto a su esposa, con quien tenía tres hijos.
El ataque cardíaco fue mortal, y se lo advirtió minutos antes un sangrado prominente de nariz.
Canovas trabajaba como chofer de la empresa Iselín, y era muy querido, tanto por compañeros como por quienes abordaban su colectivo a diario.
Ayer fue velado en cochería Memorial, y sus restos inhumados en el cementerio Central.