El viernes 15 de agosto de 2014 será recordado por el periodismo como el día en que el Concejo Deliberante se transformó en «Delirante».
Sabido es que desde que asumieron los nuevos concejales de la Unión Cívica Radical, en abril pasado, las cosas cambiaron en el HCD. Se debate y se discute casi toda iniciativa o proyecto del Ejecutivo o de los ediles oficialistas (a veces con razón, y a veces sin ella).
La impronta juvenil del bloque radical salta a la vista (María José Sanz es la mayor, con 42 años), sobre todo en el entusiasmo que ponen en cada cosa que proyectan, hacen y difunden a la prensa.
También tomaron el rol de combativos, papel que bien desarrollaban hasta el citado viernes, donde el bloque «volcó», al ponerse a aplaudir la aprobación de un proyecto de resolución, presentado sobre tablas por los radicales, donde solicitan un pedido de informe sobre las horas cátedra que otorga la dirección de Deportes.
Respecto a la cuestión, Lucas Quesadas explicó a SEMANARIO DEPARTAMENTAL que pidió la palabra para agradecer el acompañamiento del bloque justicialista, el cual selló con un aplauso, junto a sus compañeros de bancada.
Quesada justificó la actitud socarrona de su gente diciendo que ese mediodía se hicieron cuatro pedidos de informe, y que tras rechazar los primeros tres, recién los peronistas levantaron la mano en el cuarto y último, y luego que votaran en contra casi todo lo planteado por los radicales durante el año.
«Si fue una falta de respecto ya pedimos las disculpas del caso», manifestó el edil.
CASI A LOS GOLPES
Ni bien terminaron de aplaudir los radicales, solicitó la palabra Pedro Serra (PJ), quien pidió una moción de privilegio por tal actitud. Acto seguido, el presidente del Cuerpo, Mauricio Sat, llamó a un cuarto intermedio.
En dicho receso, Mauro Bignert (UCR) se acercó a Serra que estaba parado en el estrado del recinto, y comenzó a increparlo por su pedido junto a Quesada, e incluso -alegan los justicialistas- se le escaparon algunos improperios, que varios de los presentes habrían escuchado.
Incluso, Serra sostiene que Bignert lo empujó, y que él nunca reaccionó, aunque casi terminan a las piñas ante la presencia de varios testigos.
Finalmente los ánimos se aplacaron y se retomó la sesión, donde Quesada pidió disculpas por los aplausos, si es que estos molestaron, a la vez que Serra pidió la palabra para retirar la moción de privilegio.
MOCIÓN DE PRIVILEGIO
Hay que hacer saber al lector que la «moción de privilegio» es una suerte de pedido de sanción por parte de uno o más concejales hacia otro, que puede derivar entre la suspensión a la expulsión del Cuerpo, entre otras penalidades que se ponen a consideración del presidente del HCD.
Afortunadamente la cosa quedó ahí, aunque el clima en el Concejo, desde hace unos meses, puede cortarse con una Gillette.