El romance comenzó hace unos años, mientras Patricia Coria cubría por la radio del estado nacional el juicio por crímenes de lesa humanidad que tuvo lugar en 2010.
A la periodista le tocó estar en casi todas las audiencias, y se destacó por ponerle el grabador a cuanto sujeto pedía condena y prisión para los ancianos imputados, quienes finalmente fueron condenados.
Incluso, en ese interín, Coria denunció que le rompieron un vidrio de la casa que alquilaba en calle Belgrano, y atribuyó la acción a personas ligadas a los ex militares.
Sin embargo, al mismo tiempo, mantenía una relación afectiva con el Dr. Gustavo Lorenzo, el abogado que está cumpliendo una pena de 12 años de prisión por haber abusado sexualmente de su hijastra, que en aquel momento tenía 9 años.
Recordemos que el letrado estaba en pareja con la madre de su hija, de ahora 7 años, sin embargo le era infiel con la trabajadora de prensa.
Recién el año pasado la mamá de la menor abusada se desengañó de la telaraña que Lorenzo le tejió, diciendo que la acusación se trataba de una «cama» armada contra él por sus enemigos.
De hecho su pareja lo acompañó en todo el proceso penal, como así también en los primeros tiempos que pasó preso en la penitenciaría de Av. Mitre, hasta que descubrió toda la verdad un día de visita, donde no la dejaron entrar, porque el letrado la había dado de baja en el listado de visitantes, y en su lugar acreditó a la periodista.
Vale decir que C.Z., la madre de la menor abusada, tiene dos hijos de un primer matrimonio, y que años después tuvo una convivencia con el pedófilo, con quien engendró otra hija (como dijimos, de ahora 7 años) a la que el presidiario ni alimentos le pasa.
EL CASAMIENTO
Se desarrolló la semana pasada en la cárcel de San Rafael, en una íntima ceremonia.
De hecho, la flamante esposa del abusador sexual se pidió la licencia correspondiente en LV4 para poder afectar su tiempo a los menesteres de la boda. Por razones lógicas, la luna de miel quedará pendiente.
Varios de sus conocidos y compañeros de trabajo lamentaron la decisión de la periodista de contraer nupcias con un pederasta, sobre todo por el compromiso que había asumido con las organizaciones de Derechos Humanos, al punto que filmó un documental, con un crédito del INCAA, sobre los desaparecidos del Sur mendocino.