Como dijimos oportunamente, la intención de los concejales que componen el bloque radical fue más que destacable; primero al pedir la adquisición de alcoholímetros al gobierno municipal, y luego -ante la negativa- haber reunido dinero y comprarlo de sus bolsillos (unos 9 mil pesos), para luego donarlo, a sabiendas que la Policía Vial de San Rafael cuenta sólo con un aparato para todo el departamento.
Sin embargo, tampoco fue equivocada la postura de los ediles oficialistas al negarse a aprobar el proyecto de ordenanza que solicitaba la compra de al menos dos por parte del Ejecutivo local. Y es que los alcoholímetros que necesita la policía no son comunes.
Hoy por hoy pueden comprarse hasta en los maxikioscos de la Ciudad de Buenos Aires, pero estos no pueden utilizarse en la medición de alcohol en sangre en conductores, pues deben tener una precisión quirúrgica, por lo tanto tienen que ser los mejores en el ramo, y además deben ser sometidos a un proceso de homologación.
NO SIRVEN
La novedad es que desde el ministerio de Seguridad informaron la semana pasada que el aparato donado por los radicales no reúne los requisitos para poder ser homologado, y por lo tanto NO SIRVE para que la policía lo pueda utilizar.
Es el mismo ministerio quien debe comprarlos, y el encargado de homologarlos en el sitio adecuado para asegurarse que los mismos no arrojen errores en el test, ya que de eso depende el secuestro o no de un vehículo, y el acta de infracción correspondiente.