POR ALEJANDRO DELL ORBO – No caben dudas que Argentina es el reino del revés, tal como lo describía María Elena Walsh en su canción… y como San Rafael es parte del territorio nacional, no escapa a la regla.
Dos años atrás, más precisamente el 25 de marzo de 2013, se registró una situación de suma tensión en la escuela Normal, porque se pretendía cobrar a los alumnos que se inscribían la suma de $200, en concepto de Cooperadora.
En virtud de la decisión del rector, Ramón Maluenda, varios estudiantes se rebelaron y comenzaron a agruparse frente a la Secretaría de la entidad educativa, algunos de ellos proliferando insultos, y en actitud amenazante hacia el personal docente y administrativo.
Las autoridades llamaron a la policía, que dio parte al juez de Faltas, debido a que era una situación delicada porque se trataba de jóvenes, algunos de ellos menores de edad.
Pero el Dr. Oscar De Diego, en lugar de impartir directivas a los uniformados por teléfono, SE PUSO LOS PANTALONES LARGOS y SE HIZO PRESENTE EN EL COLEGIO, con el fin de evitar un mal mayor, y ver de cerca no solo el accionar de los manifestantes, sino también de los policías, para frenar una potencial represión.
Al llegar, De Diego se dirigió a un hombre de unos 30 años que estaba desatado, insultando al rector. El masculino, lejos de tranquilizarse, le habló al letrado con clara irrespetuosidad, diciendo: «¿Vos dónde estás parado?».
La respuesta del juez no tardó en llegar: «Sos un maleducado», profirió.
«¿Por qué?, ¿por exigir educación gratuita?», preguntó el estudiante.
De Diego insistió que era un maleducado para, acto seguido, escuchar de boca del sujeto: «Andá a cagar, boludo».
La reacción inmediata del magistrado no fue muy feliz: Cuando el individuo le dio la espalda para retirarse, De Diego le manoteó la mochila, para inmediatamente pedir su detención.
Dicha detención no es caprichosa y arbitraria, obedece al artículo 49 inc. E del Código de Faltas, que expresamente dice: «Será reprimido con arresto de hasta 10 días o multa de hasta m$n1000 los que, individualmente o en grupo, incitaren a las personas a reñir, las insultaren, amenazaren o las provocaren en cualquier forma, en lugares públicos o abiertos al público o expuestos a que el público los vea u oiga».
El joven fue introducido al patrullero, al que un grupo de estudiantes no dejó partir rumbo a la Comisaría, pues se pusieron delante del mismo impidiéndole la salida.
La historia continúa con un largo diálogo del magistrado con el representante del Centro de Estudiantes, quien le pedía que libere a su compañero.
«El compañero se va a ir dentro de un rato, le toman los datos y se va», le explicó claramente el juez al joven.
En otro tramo de la charla, el estudiante le dijo: «Sueltelo y nos vamos», frase que De Diego más tarde le recordó: «Desalojame el colegio y yo te lo saco», al tiempo que seguían impidiendo la salida del patrullero.
Todo lo relatado en este artículo fue grabado por teléfonos celulares, cuyas filmaciones están subidas a You Tube.
Finalmente, el móvil partió hacia la dependencia policial, al mismo tiempo que la protesta se disipaba.
EL «CRIMEN» DEL JUEZ
Mientras en Argentina hay jueces investigados por cohecho, complicidad con el narcotráfico, enriquecimiento ilícito, mala praxis, etc., en San Rafael una agrupación de izquierda presentó una acción contra el juez de Faltas (con el objetivo que sea destituido de su cargo) sólo por tomar de la mochila al sujeto que lo había insultado.
Desde HOY SAN RAFAEL no celebramos la actitud de De Diego, que en todo caso le hubiera correspondido a la policía, pero de allí a un juicio político hay años luz.
PEDIDO DE JUICIO POLITICO
La Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) filial San Rafael denunció a De Diego ante la Comisión de Jury de la legislatura, con el fin que se lo sancione, argumentando que privó de la libertad a un estudiante con el fin que los otros den marcha atrás a la manifestación de la que dimos referencia. En fin, acusan al juez de extorsión; una lectura algo extraña de los hechos que pueden verse en la filmación.
La demanda fue presentada con la firma de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre y el Nodo San Rafael de las Abuelas de Plaza de Mayo.
Esta semana De Diego debe responder a la denuncia, y de allí en más se reunirán los senadores que componen la Comisión para determinar la suerte del sanrafaelino.
JUECES COMPROMETIDOS CON SU TRABAJO
La sociedad argentina en general hace mucho espera que los funcionarios tomen el toro por las astas. Que den la cara; que salgan detrás de sus escritorios y caminen la calle. Es precisamente lo que De Diego hizo; no se quedó en su casa para que le comuniquen lo que pasaba vía celular.
Se hizo presente en el foco del conflicto, y le puso el cuerpo a la situación, incluso tomándose el vano trabajo de intentar explicar la ley a un grupo de jóvenes encolarizados con la decisión de un rector, la cual no vamos a analizar en este artículo.
Con esta denuncia, el meta mensaje del organismo de Derechos Humanos a los jueces es: «Ante un conflicto NO VAYAN AL ESCENARIO DEL HECHO, atorníllense a la silla ubicada detrás del escritorio del juzgado».
La intervención de De Diego no solo tuvo el fin de intentar mediar entre el rector y los alumnos (de hecho se dio marcha atrás con esta suerte de arancelamiento obligatorio), sino evitar un posible choque entre éstos y la policía, objetivo que se cumplió con creces.
Imaginamos ahora la diatriba en que se encuentran los jueces y fiscales de Instrucción y Correccionales de San Rafael, que suelen hacerse presentes en los allanamientos, operativos y/o situaciones que se los exija. «A ver si voy, intento poner orden y me termino comiendo un juicio político», pensarán. «Mejor me quedo en mi casa», se dirán a si mismos.
Sabemos que el Juez de Faltas no es mirado con simpatía por buena parte de nuestra juventud. Está presente en los controles de alcoholemia, desaloja boliches que no cumplen con la ley de nocturnidad, y hasta manda a detener a quienes se están alcoholizando en la vía pública, tarea que ha continuado de su antecesor, el Dr. Jorge Yapur.
En definitiva, toma medidas para que vivamos en una sociedad más prolija y ordenada, cosa a la que muchos no les gusta, o no les conviene.
CHICOS CONFUNDIDOS
Los chicos (y no tan chicos) que participaron de la protesta, en una total ignorancia de lo que fue la última dictadura militar (porque aún ninguno de ellos había nacido), le gritaban cosas a los policías relacionándolos con la misma, y al cántico de «Déjenlo, estamos en democracia», como si la democracia fuera una potente luz verde para hacer cualquier cosa e incumplir con la ley sin que haya consecuencias.
Pero fueron más lejos todavía: también a los gritos acusaban a los uniformados, que estaban apostados frente a la escuela, de haber perpetrado el golpe militar, cuando esos mismos agentes tampoco habían nacido, o eran muy pequeños a mediados de los 70.
En fin, si estos jóvenes pagarían una multa al Estado por vociferar idioteces, en esa misma tarde/noche el gobierno provincial se hubiera desendeudado en su totalidad.
VIDEO 1: https://www.youtube.com/watch?v=K4sEWPwXHmY
VIDEO 2: https://www.youtube.com/watch?v=blSXlg_hXiI