El Senador Provincial Mauricio Sat volvió a plantear la necesidad de una tarifa diferencial para algunos sectores de la economía, remarcando que las altas tarifas, son el “golpe de gracia” para cientos de productores, entidades e industrias mendocinas.
“En el caso del Agro, a la falta de precio de la fruta se suma la pérdida de competitividad por el encarecimiento que sufre la industria con las altas tarifas y que se termina trasladando al precio de la fruta que se le paga al productor”, puntualizó el legislador.
El incremento de más 600% que ha tenido en los últimos dos años la tarifa eléctrica, tiene un alto impacto en los productores, principalmente a aquellos que utilizan bombas para extraer agua para riego; situación reflejada en el último informe de Confederaciones Rurales Argentinas(CRA), que advierte que sólo en el primer semestre de 2018, peligran unos 3.000 productores, la mayoría localizados en San Rafael y General Alvear.
“Hace más de un año presentamos en conjunto con el Senador Arenas un proyecto de Ley que contempla estas situaciones (industria, entidades intermedias y riego agrícola), proyecto que esta frenado en la Cámara de Senadores y en el cual planteamos al gobierno una tarifa diferencial para estos sectores. La realidad es que con la situación actual y este nivel de tarifas, se hace inviable la actividad, obligando a las industrias a reducir costos que se traduce en mayor desempleo”, remarcó Sat.
En el caso de la industria, a las altas tarifas de gas y luz se suma la importación de productos que se producen en la provincia, como salsas, pulpas, durazno envasado y ciruelas, entre otros; que dejan sin mercado a la producción local, incapaz de competir con los precios subsidiados de los productos importados.
«Celebramos que hoy el gobierno arme una mesa, pero instamos a acelerar tiempos, entendiendo el daño que se genera a estas actividades que no pueden seguir esperando. Vamos a seguir insistiendo y proponiendo este proyecto como una alternativa”, aseveró.
El proyecto del legislador, contempla además a entidades sociales y clubes deportivos, cuya permanencia se ve amenazada por tarifas que no pueden afrontar, pese a que son el motor del desarrollo socio-cultural de cada lugar, conteniendo a miles de niños y jóvenes mendocinos.