Siendo las 7:40 de la mañana, penitenciarios comenzaron a escuchar ruidos y gritos, provenientes de uno de los pabellones de la cárcel, cuya puerta de ingreso estaba cubierta por una manta, acción que generalmente practican los presos cuando hay un ataque programado a otro interno.
Personal del grupo GAR y CERP debieron ingresar a dicho pabellón, y tras una rápida requisa encontraron que un interno de 38 años, de apellido Miranda, conocido en Gral. Alvear por protagonizar un sinfín de robos, poseía un corte punzante en la pantorrilla derecha.
Es por ello que se lo trasladó al Hospital Schestakow, de donde fue dado de alta a las pocas, y remitido nuevamente a la unidad carcelaria.