El inicio del 2017 no pudo haber sido más ensordecedor.
Miles y miles de kilos de pirotecnia quemaron los sanrafaelinos esta madrugada, duplicando así los fuegos artificiales arrojados en Navidad, 7 días atrás, que también fueron récord.
De esta manera, al menos en San Rafael, la campaña para concientizar sobre los riesgos del uso de los petardos, cañitas voladoras, etc. fue un fracaso.
Buena parte de los vecinos decidieron celebrar la llegada del nuevo año haciendo ruido, sin importarle los perros o los niños autistas; ni siquiera el riesgo que ellos mismos corrieron encendiendo estos artefactos explosivos.
Será tiempo que directamente se vote una ley provincial u ordenanza municipal prohibiendo la venta de estos productos, para en un futuro evitar así males mayores.