Una postal que se repite en casi todas las fincas de nuestro departamento, y de Gral. Alvear, es la fruta caída de las plantas, ya sea ciruela, damascos, membrillos, etc.
Es que el precio que se abona es cuasi irrisorio, por tanto los finqueros prefieren dejarla pudrir.
Un ejemplo de lo que se paga la fruta lo dio ayer el productor Alejandro David Pérez, quien habló con los periodistas Alejandro Dell´Orbo y Silvia Miras en el programa «Tirá para Arriba», que se emite todos los sábados de 10 a 13 por Radio 10 (FM 90.1).
«Tuve que dejar perder 30 mil kilos de damasco«, afirmó Pérez, quien explicó que en las industrias locales le pagan un peso el kilo, mientras que en un secadero de Gral. Alvear $1,25. Así y todo prefiere dejarla caer, pues sólo en cosecharla debe pagar entre 1,20 y 1,30 el kilo.
Lo propio ocurre con la ciruela, que para pulpera se abona el mismo importe, entre un peso y $1,25.
«Compré una finca de 25 hectáreas con la que le doy trabajo permanente a tres personas, pero sin ayuda se me hace imposible pagarles los aportes», disparó el ex corredor de autos.
Dijo también que tiene ciruelas dagen, y que él mismo las secará para poder tener algo de rentabilidad.
Pérez quiere entelar 5 de sus 25 has., pero le sale 120 mil pesos cada una, y si bien puede acceder a un crédito del Fondo de la Transformación, se le cobra un impuesto muy alto por la sola firma del préstamo.
En definitiva, la política del agro de Francisco Pérez y su jefa política, Cristina Fernandez, no ha hecho otra cosa que fundir a los productores, y obligarlos a abandonar sus emprendimientos.