Esta temporada quedará inaugurado oficialmente el Laberinto en homenaje a Jorge Luis Borges, que se enclava en la finca Los Alamos de Cuadro Bombal.
La ligustrina ya supera en algunos sectores el metro ochenta, por lo cual ya está en condiciones de recibir a miles de visitantes por temporada, transformándose así no solo en una opción más para el visitante, sino en un nuevo mini circuito turístico, de paso casi obligado para los turistas.
Para entender el verdadero significado del laberinto en honor a uno de los mejores escritores del mundo, hay que verlo desde arriba. Es por eso que la familia Aldao decidió invertir en la construcción de una torre de 18 metros de alto, de estructura de hierro, y que contará con un mirador vidriado, para seguridad de los visitantes.
La misma fue colocada ayer, y se le sumará en los próximos días la inauguración de una suerte de pulpería, que incluirá la venta de artículos regionales, e incluso los mismos vinos que fabrica la familia Bombal.
EL LABERINTO
Siete mil plantas de arbustos boj “buxus sempervirens” cubren una superficie de casi dos hectáreas, formando un gigantesco libro abierto con senderos que dibujan el nombre del escritor, sus símbolos preferidos y las iniciales de María Kodama.
El inglés Randoll Coate, donó el diseño de este jardín cultural que se plantó en el 2003, gracias al empuje de Camilo Aldao hijo (ya fallecido), el verdadero hacedor del laberinto más grande de América, junto con María Kodama, Carlos Thays, Gabriel Mortarotti, Andrés Ridois y Mauricio Runno.
En 2011, en Venecia, se plantó un laberinto igual. Cuando se inauguró se iluminaron los dos laberintos al mismo tiempo, en Italia y en Argentina.