Desde atrás no se distingue la patente, ni siquiera si se trata de un vehículo a motor.
Su dueño le cargó ramas a más no poder a la camioneta, y salió a manejar así, con el riesgo que conlleva la poca visibilidad.
A la chata la sorprendimos en Av. Balloffet, entre los dos puentes, y nos resultó imposible saber para que lado iba a poner el guiñe en la encrucijada siguiente.