Una joven de 29 años publicó en una página de Facebook de clasificados un teléfono para vender.
Un tal Marcelo Ríos (así dijo llamarse) se mostró interesado en comprárselo, y la citó en la puerta del Htal. Schestakow para hacer la operación.
En definitiva, se encontraron a las 9:30 de la mañana del viernes frente al nosocomio. Ella le mostró el aparato y él le dijo que debe primero mostrárselo a su esposa, que se encontraba en la Tesorería del edificio. A los pocos minutos, el presunto comprador vuelve a la puerta y le manifiesta a la vendedora que vaya a Tesorería que la esperaba su mujer, quien le iba a pagar; pero al dirigirse a esa oficina constata que dicha esposa no existía, y que el sujeto se había llevado el teléfono.