El cura Francisco Alarcon, más conocido como «el Padre Pancho», denunció que el sábado a la mañana dejó estacionada su humilde bicicleta estacionada en en el interior del patio de la Catedral San Rafael Arcangel, y que 15 minutos después notó que autores ignorados, previo abrir el porton del predio, le sustrajeron no solo el vehículo, sino también un juego de 12 llaves que se encontraban en el canasto.
Vale decir que el religioso se desplazaba con la bicicleta todos los días, por lo que dicha pérdida es significativa.