Hoy mostraron lo que son: Vecinos de San Rafael que no respetan las instituciones; que no creen en el Estado de Derecho y que siguen usando la violencia como método para intentar derrocar los gobiernos elegidos constitucionalmente, como en los años 70.
Demás está decir que los insultos y ensuciar la vía pública (pegaron carteles en postes de luz) no lleva a nada, excepto a la propia autodestrucción de un pueblo.
En cambio, el reclamo respetuoso a nuestros gobernantes, no solo está permitido por la ley, sino que es un derecho y deber constitucional; pero -lamentablemente- en San Rafael no se materializó esta mañana, en que se desaprovechó la visita de un presidente elegido por voto popular, y que fue reivindicado en casi todo el país en las últimas elecciones legislativas.
CRONICA DE UNA MAÑANA CALIENTE
Alrededor de las 10:30 de la mañana, desde calle Lugones llegó una columna de personas que cargaban decenas pancartas.
Estos cien manifestantes se ubicaron en la vereda del Casino Tower, frente al vallado; desplegaron prolijos carteles hechos en serie (¿quién los pagó), y algunos fabricados en forma casera. Los mismos demostraban la ignorancia de sus autores, pues le reclamaban al presidente Macri cuestiones que están fuera de su jurisdicción, como la prisión domiciliaria al genocida Etchecolaz, o que medie en la situación de La Colina, dos temas que son estricta competencia de la Justicia, un poder independiente al Ejecutivo Nacional.
Así de «brutos» demostraron ser, cantando «Macri basura, vos sos la dictadura», con el redoblar de los tambores de fondo, mientras el primer mandatario daba su discurso, en el que ponía en marcha una obra que San Rafael viene pidiendo hace 14 años, y que los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner le dieron la espalda, como lo es el reasfaltado de la Av. Balloffet.
Está claro que si Mauricio Macri fuera un dictador, esta gente nunca se hubiera podido manifestar, porque terminaban detenidos, muertos o «desaparecidos».
CONTRA LOS GENDARMES
Apenas diez minutos antes que llegara el presidente al acto en la primera cuadra de Av. Balloffet, un grupo de 25 gendarmes llegaron para apoyar a la policía local, y colocarse contra uno de los vallados que daba hacia Hto. Yrigoyen.
En ese momento, los manifestantes K y de organismos de izquierda (entre otros) comenzaron a gritarles «Asesinos… asesinos… asesinos… asesinos».
Como contraparte, la masa de simpatizantes de Macri, ubicados en la vereda de la ex Dirección de Turismo los aplaudían. Es más, les cantaron a los gendarmes: «Orgullo nacional… Orgullo Nacional… Orgullo Nacional», en virtud a la lucha que está haciendo esta fuerza de seguridad en la lucha contra el narcotráfico, el mismo que destruye la vida de los jóvenes y niños.
En tanto, el grito de asesinos a los gendarmes estaba relacionado a la muerte del hippie Santiago Maldonado, que se ahogó en el río Chubut por cruzarlo sin saber nadar. En este sentido, parece que esta gente tampoco se ilustró sobre la autopsia del piquetero pro-mapuche.
FALTA DE RESPETO
Mientras el gobernador y el presidente hablaban de obras beneficiosas para el Sur Mendocino, este grupo de inadaptados no dejaba de tocar el bombo y gritarle cosas al primer mandatario, incluso con la ayuda de un megáfono.
Vale decir que se detectaron varios empleados públicos, entre los agresores, que estaban en horario de trabajo manifestándose, incluso funcionarios, por lo cual en breve habría una presentación en la Justicia.
LA GRIETA
Una vez terminado el acto, los simpatizantes de Macri se apostaron en la vereda sur de la Av. Hto. Yrigoyen, mientras que los opositores siguieron en la vereda del Hotel Tower.
Entre ambos bandos se comenzaron a gritar cosas. Por ejemplo, los Pro cantaban: «No vuelven más, no vuelven más, váyanse todos a trabajar». La alusión era para quienes son «ñoquis» del Estado, o siguen subsistiendo con planes sociales.
Del otro lado no se quedaban callados, diciendo cosas tales como: «Macri, compadre… la concha de tu madre».
Esto derivo en que ambos grupos se encontraran en el bulevar, y que algunas mujeres se manotearan. Incluso hubo una militante de Derechos Humanos (aparentemente discapacitada motriz), que llevaba la remera «Crimen y castigo», le pegara con su bastón a otra mujer, cuando se acercó para discutir.
A los pocos minutos hicieron pie una decena de policías, que se mantuvieron en el lugar hasta que la desconcentración fue completa, alrededor de las 12:3o del mediodía, oportunidad en que se liberó al tránsito la avenida y sus adyacencias.
Un bochorno… un papelón más de sanrafaelinos que no aceptan vivir en un estado de derecho.