Hace pocos días el municipio instaló en distintos sectores de nuestra Ciudad «estaciones ecológicas». Se trata de tachos de grandes dimensiones para arrojar residuos reciclables y tóxicos.
Sin embargo, «alegremente», algunos vecinos paran con sus autos, o caminan desde sus casas, para arrojar basura domiciliaria, material pétreo u hojas.
De esta forma, además de hacer perder el sentido a la iniciativa ecológica, saturan los limitados reductos y crean nuevos basurales a cielo abierto.
Aquí podemos ver una foto actual de la estación de Av. Roca y Av. del Trabajo, donde la imagen habla por sí sola: ¡GENTE MUGRIENTA! Y ¡MALOS VECINOS!