La jornada del lunes reunió a unos pocos manifestantes en el kilómetro cero de nuestra Ciudad; primero al mediodía, y luego a la medianoche. Esta gente, casi en su totalidad militantes de partidos de izquierda y del kirchnerismo, protestaba contra la reforma previsional, que finalmente fue sancionada el martes en la mañana.
Si bien no hubo disturbios, algunos de los asistentes utilizaron pintura en aerosol para escribir frases poco felices sobre el flamante adoquinado, que aún los frentistas de la Avenida Yrigoyen están pagando todos los meses.
Vale decir que a la una de la madrugada, vecinos del edificio López Martín llamaron a la policía porque los cánticos y el sonar de las cacerolas de unos 40 manifestantes no los dejaban dormir.