POR ALEJANDRO DELL ORBO – Los «porreros» están teniendo problemas para conseguir esa porquería que consumen en San Rafael.
Los reiterados operativos antidroga, que tan buenos resultados han dado, fueron haciendo que los traficantes hayan abandonado el departamento como destino de comercialización, o al menos mermaron su «tráfico» hacia nuestra Ciudad.
Cada vez son menos los «dealer» (minoristas) que venden porros, aunque ofrecen en su lugar cocaína, una droga mucho más nociva que la marihuana, pero igualmente de innecesaria para el ser humano.
Por un lado es buena la noticia, pero por el otro preocupante, ya que los consumidores de marihuana, ante la imposibilidad de conseguirla, terminan tentados de adquirir «merca» (tal como se le dice a la cocaína).
Lo descripto fundamenta con absoluta contundencia aquella frase que reza: «La marihuana es la puerta de entrada a otras drogas».
En fin, estas sustancias que envenenan los organismos de nuestros jóvenes (y no tanto) son comercializadas por inescrupulosos sujetos, que hacen un gran negocio, ya que se trata de operaciones en negro, de 100% cash, y con márgenes de ganancia de hasta el mil por ciento.
El golpe dado ayer al narcotráfico, donde se evitó la confección de un total de 5.000 porros, no impedirá que se termine con este flagelo, pero ayuda a disminuirlo.
SORPRENDIDOS CON EL CARGAMENTO EN PLAZA INDEPENDENCIA
Una pareja, oriunda Lujan de Cuyo (siendo la mujer nativa de Perú) aguardaba ayer a las 19:00 para entregar un bolso con 5 ladrillos de marihuana y 10 tizas de cocaína, que totalizaron 4.090 kilos y cien gramos, respectivamente.
Ella de 29 y él de 20, se sentaron en plaza Independencia, a la espera del comprador local, que luego distribuye a los «dealer», con quien probablemente no se ponían de acuerdo con el precio. Pero en la espera vieron como dos policías de la UEP se les acercaban.
Pura corazonada la de los efectivos, quienes les pidieron la documentación y requisar el bolso.
La mujer se negó, con la excusa que tenía ropa manchada, ya que estaba indispuesta, pero la uniformada no le creyó el «cuento», por lo que procedió a abrir el cierre, encontrando en su interior la droga.
Se llamó inmediatamente a personal de Narcocriminalidad para que determine la pureza de la sustancia, que resultó positiva.
Acaso lo más interesante fue que se secuestraron los dos celulares que llevaban, donde seguramente albergaban los números de sus compradores.
Vale decir que lo secuestrado equivale a unos $100 mil pesos en el mercado minorista.