La FUESMEN es visitada diariamente por decenas de enfermos oncológicos, que pretenden sanarse del cáncer o tener una mejor calidad de vida mientras aguardan la muerte.
Y lo que menos quieren es ser maltratados en las instalaciones de este centro médico, donde consultan oncólogos, realizan quimioterapia o se practican distintos estudios.
Hoy por hoy estos pacientes deben esperar por más de media hora o cuarenta minutos, parados sin poder tomar asiento, con veinte o treinta números de espera.
Para colmo, comunicarse por teléfono es imposible, porque la fundación tiene una sola persona para todo. Esto sin mencionar el tiempo para conseguir un turno con el especialista, que puede llegar a un mes.
Las denuncias nos fueron llegando en el último tiempo, y el denominador común es la falta de personal y de mobiliario para hacer frente a tanta demanda de atención.