El 15 de agosto pasado, Yolanda Gimenez, de 81 años, tuvo la desgracia de caerse y romperse la cadera.
Sus hijos la llevaron a la Clínica Ciudad, que es el sanatorio que le corresponde por PAMI, y a las dos horas de estar allí le hicieron una radiografía que confirmaba la lesión.
Más tarde arribó a la clínica el traumatólogo de turno, el Dr. David Banini, quien le dijo a los parientes de la mujer: «No conviene operar; lo mejor es que le consigan una cama ortopédica, con un colchón antiescaras y que pase los próximos tres meses en reposo… Y una vez que vuelva a caminar deberá hacerlo con una bota ortopédica».
Sin embargo, al día siguiente, y mientras la abuela seguía internada, uno de los hijos de la paciente, Roberto Napolitano, descubrió casi por casualidad que el Dr. Banini había hecho un pedido a PAMI de la prótesis de cadera para su madre (ver documento).
Entonces, la pregunta obligada que se hicieron los familiares fue: ¿Para qué el traumatólogo pide la prótesis a la obra social si dijo que no la iba a operar?
¿No habría sido la intención del Dr. Banini hacer un fraude a PAMI? Es decir, hacerse de la prótesis y después utilizarla para otro paciente, posiblemente privado.
En fin, igualmente los hijos de Yolanda no se quedaron solo con la opinión de Banini, por lo que consultaron a otro médico, el Dr. Carayol, quien discrepó con su colega, y gestionó fecha de operación.
Por tanto, se acercaron a PAMI y motorizaron el trámite de la prótesis iniciado por el Dr. Banini, sin que éste ni enterado esté de la cuestión.
Pero la prótesis no llegaba, y Yolanda necesitaba ser intervenida urgente.
Es por eso que hicieron una «vaquita» y consiguieron los casi 10 mil pesos del costo del elemento ortopédico.
RARA CASUALIDAD
Resulta que PAMI siempre responsabiliza de la demora a la empresa «Villalba», que es la firma que se encarga de importar las prótesis y proveerlas a la Obra Social de los jubilados.
Y en Mendoza la ortopedia que representa a «Villalba» es COA, ubicada en calle La Rioja al 1600 de Ciudad.
Es más, COA envía tres veces por semana a un representante de su negocio a la oficina de PAMI local, para ayudar en la gestión de los insumos.
En fin, volviendo al tema de Yolanda, la protesis nunca llegó, y los hijos tuvieron que comprársela al mismo representante de COA que viene a San Rafael. Sí, a la misma persona, como leyó.
Entonces otra pregunta que surge es: ¿Cómo puede ser que la empresa tenga en stock prótesis para vender a pacientes privados y no para los pacientes de PAMI?
¿No será que las prótesis le llegan de «Villalba» y ellos atrasan la entrega con el fin de que ocurran casos como estos, donde los parientes se ven obligados a comprarlas en forma particular?
Además, ¿cuántos abuelos se mueren en la espera?; y ¿qué pasa con esas prótesis que finalmente llegan desde Buenos Aires?; ¿se devuelven?
Vale decir que hay demoras de largos meses, pero no solo de protesis de cadera, sino de rodillas y otros huesos, como así también de audífonos y otros tantos elementos que cuestan fortunas, para el haber de un abuelo.
Damos todos los datos para que un fiscal federal investigue esta probable estafa a los jubilados y a su obra social.