Se murió su bebé a un día de nacer, y culpa a una doctora del Schestakow

Cansada de esperar respuestas por parte de la justicia, una joven de 29 años decidió contar la tremenda experiencia que sufrió el hospital Schestakow, y que le costara la vida a su hijo Juan Ignacio, a poco más de 24 horas de nacer.
Johana Reta vive en Villa Atuel, y cuando entró en las 42 semanas de su embarazo comenzó a sentir síntomas de dar a luz.
Es por ello que su familia la trasladó al nosocomio local, donde ingresó a las 6:30 del día 11 de enero, con fuertes contracciones.
Su bebé tenía una particularidad: Pesaba 3,7 kilogramos y ya había pasado su fecha de parto, que era el 28 de diciembre.
Al parecer esto no fue tenido por la doctora Alejandra González, que ante los tremendos dolores de la madre primeriza, y la falta de dilatación, le dijo a su hermana que «es muy blandita para el dolor, muy sensible… háganla caminar».
Tras internarla en una habitación, apenas tres veces la Dra. Gonzalez fue a verla durante todo el día. Yahana cada vez tenía contracciones más seguidas, y hasta veía todo blanco producto del trauma del dolor. Es más, estuvo varias veces al borde del desmayo.

La Dra. Alejandra González sigue atendiendo en el Htal. Schestakow
La Dra. Alejandra González sigue atendiendo en el Htal. Schestakow

A las 9 de la noche le pusieron goteo, ya que no tenía dilatación. Era un caso claro de CESAREA DE URGENCIA, pero la Dra. Gonzalez, al parecer, esperó demasiado, ya que tipo a las 22:00 recién decidió llevarla a quirófano.
Las consecuencias de tal demora en la operación derivaron en que el bebé tragó meconio, lo que generó un cuadro infeccioso que derivó en su muerte, apenas un día y medio después de ver la luz por primera vez.

Antes de su fallecimiento, y mientras estaba internado en Neo, Yohana obtuvo una foto de su hijo
Antes de su fallecimiento, y mientras estaba internado en Neo, Yohana obtuvo una foto de su hijo

Unos días después, la joven hizo la denuncia en la Fiscalía Correccional en turno, pero a casi un año del hecho aún ni la llamaron par declarar.
En tanto, la Dra. Gonzalez pareció haber salido indemne de este posible caso de mala práxis, que le costó la vida a un recién nacido.

Se le hizo la ficha al recién nacido, copia que su mamá conserva
Se le hizo la ficha al recién nacido, copia que su mamá conserva

FUERTES DECLARACIONES
Al cumplirse diez meses de lo sucedido, Yohana escribió una carta en su Facebook, con palabras muy duras contra la ginecóloga, de la cual extrajimos algunos párrafos:
– No entiendo cómo tuviste la maldad para decirme que mi bebé estaba mejor cuando en realidad se estaba muriendo.
– Ni siquiera tuviste el valor de dar la cara, solo escapaste saliendo por una puerta a escondida, como cobarde que sos. Incluso te pediste licencia para desaparecer unos días, lo que demuestra que en el fondo sabes que sos la RESPONSABLE por haber hecho las cosas mal.
– Me pregunto, ¿cómo haces para seguir después de las consecuencias que provocaste?, porque aunque no lo quieras admitir FUE TU CULPA; VOS LE CAUSASTE LA MUERTE A MI HIJO.
– Lamentablemente ese día, POR TU CULPA, al vivirlo en carne propia, supe y entendí lo que significa la VIOLENCIA OBSTÉTRICA: Después de 12 horas de trabajo de pre-parto (en la semana 42 de embarazo), te decía que no daba más, y me eras indiferente… Me hicieron dos veces tacto en todas esas horas, sin siquiera controlar los latidos del bebé, cuando por fin te decidiste a romperme la bolsa, y recién ahí te diste cuenta que algo andaba mal, cuando me llevaron al quirófano sin que supiera ningún familiar… Y claro, recién ahí te agarró el apuro, cuando ya era TARDE, cuando te diste cuenta que se te pasó el parto… Mi bebé murió porque EL PARTO SE PASÓ… y se pasó por tu inoperancia, por tu incompetencia.
– ¿Cómo te explico que a partir de ese día me aterra la idea de ir a un médico?, de que alguien me vaya a tocar; que al pasar por el hospital me dan palpitaciones; que destruiste mi deseo de volver a ser madre, porque dudo que sea capaz de volver a pasar por lo mismo.
– De más está decir que ya no confío en los médicos y mucho menos en el hospital Schestakow.
– A los únicos que tengo y debo agradecer es a los doctores y enfermeras de NEO, porque los dos días que estuviste ahí no se despegaron de tu lado, mi pequeño guerrero y lucharon al lado tuyo para que vivieras, aunque el daño que te habían provocado era demasiado y la infección que tenias era tan grande que no hubo forma de pararla.

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