Cuando circulaba por Chile e Iselín comenzó a prenderse fuego el interno C133.
Pese a no contar con matafuego la unidad, el chofer hizo esfuerzos denodados -junto a transeúntes- en apagar las llamas.
Los bomberos no pudieron acudir porque estaban combatiendo otros incendios, y el móvil de la policía que llegó a asistirlo tampoco tenía matafuegos.
Finalmente, después de 50 minutos de tensión, fue un camión hidrante de la municipalidad quien sofocó las llamas.
El fuego destruyó cañerías de gasoil, instalación eléctrica, los motores del tanque barredor, baterías y mangueras.