Es cosa de todos los días; ya cansa.
Frente a La Delicia del Bulevard, cuando en las cuadras adyacentes sobran los lugares para estacionar, se aparcó esta mañana un Mercedes Benz en medio de la senda peatonal y obstruyendo la rampa para discapacitados.
El conductor se bajó a desayunar, sin importarle la suerte de la gente que camina por la vereda, y que debía hacer una pirueta para cruzar la calle. Ni hablar del paso de un discapacitado motriz, o de una mamá con changuito.
Lamentablemente no pasó ningún policía de la Vial, o si pasó no advirtió la presencia del vehículo.
¿Por qué será que -en buena parte de los casos- mientras más costoso es el vehículo que manejan, más se sienten dueños de la calle?