Respecto al asalto que sufrió una pareja ayer a la noche, delante de su pequeña hija, logramos saber algunas especificaciones del hecho, tras un comunicado que diera a sus amigos Ignacio Aldao, el padre de familia que protagonizó tal pesadilla. Además, Nacho hace una sólida reflexión sobre la sociedad enferma en la que vivimos.
«Antes que nada avisamos que con Pao que estamos bien.
Anoche entraron 4 tipos armados a casa, nos ataron a Pao y a mí, todo delante de Francesca a eso de las 20.15.
No sufrimos ningún tipo de violencia física. Se llevaron una plata que por suerte justo teníamos en casa, los teléfonos, los anillos de Pao y con eso algo se calmaron y salieron.
Ese es el resumen de los hechos.
Queda la sensación de ser «presas» arrojadas a los leones. No nos comieron hoy… ¿nos comerán la próxima?
Estar encañonado con la cabeza tapada y escuchar a tu hija llorar mientras se llevan a tu mujer a recorrer la casa en busca de dinero, no es algo que debiera ser normal en una sociedad. Pero hoy es la norma, no la excepción.
No es el nuestro un caso único por lo que no me siento para nada especial.
De 4 hermanos que somos, a dos en distintas ocasiones nos encañonaron… en San Rafael… con sólo 6 meses de diferencia estuvimos a sólo 2 milímetros, a un leve empuje, entre que nos gatillen y no nos gatillen. Entre la vida y la muerte.
La Sociedad está enferma, por una política distraída en su poder, los honestos abandonados y, encima, acusados por aquellos que dicen defender derechos.
Y lo que realmente defienden no es otra cosa que la muerte, la matanza, la vejación.
Debo agradecer que mi familia y yo no entramos en esa lista… ¿debo agradecer? A Dios, si… a los hombres, no.
No tengo odio ni resentimiento. Ni van a lograr que lo tenga.
Voy a rezar por los que no lograron escapar de esa lista, por sus familias. Y por todos nosotros que de una vez por todas debemos unirnos y terminar con esta farsa de una vez.
Levantando nuestra voz ante el garantismo, caldo de cultivo de delincuentes y muerte, pidiendo y actuando para lograr cambios en la mentalidad de quienes administran la justicia y establecen las leyes»