El 13 de septiembre de 2016, la agente de policía Florencia Peralta apareció sin vida en su vivienda de calle Barcala, de Pueblo Diamante.
La mujer había sido estrangulada, y el escenario del crimen hacía ver como que ladrones habían entrado a la propiedad.
Sin embargo, luego se determinó que fue su ex pareja, Damian Ortega, quien la había matado.
La móvil del homicidio tuvo que ver con que Ortega no aceptaba la separación, y al enterarse que Florencia comenzó a salir con otro policía la mató.
A ambos los unía un niño, que ahora tiene 4 años.
El joven está en prisión desde entonces, mientras aguarda el juicio oral.
VUELTA DE TUERCA
Entre las cosas que faltaron de la casa de Florencia fue su propio celular, que se activó un año después en la Ciudad de Buenos Aires.
Quien lo tenía en su poder era un guineano, que vivió un corto lapso en San Rafael, donde para subsistir vendió bijutery.
El hombre fue ubicado en Rosario, detenido y trasladado a nuestro departamento. Fue a la cárcel, y luego logró el beneficio de prisión domiciliaria en la propia casa de su abogado.
Desde ese entonces, Gassimou Barry estaba acusado de «encubrimiento agravado».
El africano dijo que el día en que se iba de San Rafael, con destino a Mendoza, encontró el celular tirado en una acequia de calle Pellegrini, frente a la Catedral.
En tanto ayer, luego que el juez de la causa escuchara el informe del especialista que peritó el celular, se decretó su absolución y ya disfruta nuevamente de la libertad (foto gentileza Cristian Pérez Barceló).