POR ALEJANDRO DELL´ORBO – Tras múltiples fracasos, la Unión de Colectividades insistirá en una nueva «Fiesta de los Pueblos y el Vino», que ya hace tres años dejó de realizarse en el departamento por -aparentemente- ser deficitaria.
No se trató de un fracaso en cuanto a la cantidad de visitantes que tuvo históricamente, sino a lo organizativo, pues la feria no estuvo nunca a la altura de las circunstancias: la parte artística no logró destacarse, y la espera para poder llevarse de los stands una bandejita con paella, pasteles o un trozo de asado era más bien desesperante, ya que había que hacer interminables colas para retirarlas.
En cuanto a lo económico, casi todo lo aportaba la municipalidad, desde el armado del escenario, luminarias, cercado, etc, hasta dinero en efectivo que se le dio a los organizadores. Pese a ello, recuerdo que siempre decían que daba pérdida, aunque lo que verdaderamente pasó es que tres o cuatro vivos se quedaron con gran parte del dinero recaudado, mientras que otros salieron empatados o perdiendo plata.
SUBSIDIO 1
Ya en el 2011 pasado, pese a todo lo recibido por la municipalidad, la Unión de Colectividades había pedido que le entreguen un subsidio de 30 mil pesos, para pagar deudas que les había originado su última edición en el 2010, en el predio del Ejército en Cuadro Nacional. Se hizo el pedido de dinero bajo la promesa que ese año el evento se realizaría entre el 24 y 26 de marzo, pero ello nunca ocurrió.
SUBSIDIO 2
La Unión de Colectividades cobró el dinero, pero la fiesta no vio más la luz sino hasta ahora, donde el Concejo acaba de aprobar un nuevo subsidio de 103.900 pesos para su materialización. La misma tendrá lugar los días viernes 24, sábado 25 y domingo 26 de enero en las instalaciones del Polideportivo Nº1, precisamente donde nació la festividad.
INTOXICADOS Y SIN VINO
La pionera y única «Fiesta de los Pueblos» se realizó en la primera cuadra de Av. Hto. Yrigoyen, en 1999. Pero cuando se quiso repetir, ya en el Poli I, debió cambiarse el nombre por «Fiesta de los Pueblos y el Vino», ya que un tal señor Cano había patentado el nombre.
Sin embargo, si algo estuvo ausente en sus casi diez ediciones, fue precisamente el vino. Salvo un par de bodegas que contribuyeron con degustaciones de sus productos, beber vino sólo podía hacerse si se adquiría alguna botella en los pocos stands que las comercializaban. Por supuesto, caliente y de calidad medio pelo.
La mejor oportunidad de hacer probar nuestros vinos a los cientos de turistas que también visitan la festividad quedó truncada. A los organizadores nunca se les prendió la lamparita de armar un stand con vinos de la región y comercializarlos por copa, ante el desinterés de las bodegas locales en estar presentes, ya que alquilar un stand no les fue redituable.
Es más, hubo un año donde en el medio del predio se instaló un inflable gigante que simulaba una lata de cerveza Andes, matando de esa forma el homenaje al vino que se pretendía dar originalmente a la fiesta.
En la memoria colectiva quedará el recuerdo de más de 50 intoxicados en enero del 2008, tras ingerir tacos en el local mexicano.
Es que el Polideportivo Nº1 no está preparado para que se instalen «carritos» donde se elabore comida, ya que ni agua potable poseen.. Es por eso que la municipalidad, al año siguiente, prestó apoyo bajo la condición que los organizadores aceptaban trasladar la fiesta al predio del Ejército, donde bajó considerablemente la cantidad de público, por una cuestión de distancias.
COROLARIO
Los antecedentes indican que, por distintas cuestiones internas y externas, esta festividad (que pretendió ser la bandera de San Rafael en cuanto al evento del año), HIZO AGUA POR TODOS LADOS, a tal punto que hubo un año que sólo se comercializaba gaseosa marca Talca (por un arreglo especial), tratándose de una bebida de segunda marca que no todo el mundo se animó a probar.
Esperemos que este año (bajo la presidencia del Sr. Mario Kotani) y luego de tres de receso, se la organice como corresponde, y no se limite únicamente a un escenario con artistas del montón y un patio de comidas al aire libre para cenar comidas típicas de distintos países, sino que se haga honor al vino (nuestro mejor representante en el mundo) y que las colectividades puedan mostrar algo más que un plato tradicional o un baile típico en el escenario.