Hoy a las 12 del mediodía confluyeron en el kilómetro cero tres manifestaciones.
La primera organizada por los padres del chico asesinado en agosto por su tío, Diego Olivera, ya que su homicida logró una condena por juicio abreviado a 11 años de prisión, sin consultar a la parte querellante. La familia cree que la pena es escasa, ya que también en el incidente fueron heridos a puñaladas el hermano y la mamá de Diego.
Mientras tanto, con el apoyo de personal del ECA (que les facilitó sus equipos de sonido), padres de chicos autistas leyeron un mensaje para decirle NO A LA PIROTECNIA, porque a los niños con esa patología les provoca un trastorno importante el ruido de los petardos y fuegos artificiales.
Minutos después llegaron con bombos y redoblantes trabajadores de los dos Casinos de San Rafael, quienes rechazan la batería de impuestos al juego que está tratando en un proyecto de ley el Congreso Nacional.
PARADOJA
Lo paradójico del caso es que estos empleados arrojaron varias bombas de estruendo, con el fin de hacerse ver y llamar la atención, en clara contradicción con el mensaje que habían leído minutos antes mamás de niños con autismo.
En fin, pocas veces pasó esto de confluir tres manifestaciones al mismo tiempo en Mitre y San Martín.