Un uniformado que ayer a las diez de la noche esperaba un colectivo en la nueva terminal de ómnibus, fue abordado por una joven de 22 años, quien le contó una historia digna de una thriller policial.
La joven le dijo que había escapado de su captor, y que necesitaba ayuda.
Según le relató al efectivo, el domingo de la semana pasada estaba barriendo la vereda de su casa, ubicada en la Ciudad de San Miguel de Tucumán, cuando se le acercó un sujeto en vehículo y la invitó a dar una vuelta.
Ella aceptó la invitación, y comenzaron a pasear en el coche del masculino, del que no precisó la edad.
Pero el paseo se transformó en un viaje a San Rafael. La víctima explicó que quiso bajarse, pero que el hombre no la dejó (raro, en los 1000 kilómetros que nos separan de la provincia norteña).
Ya en San Rafael, el lunes 16, fue encerrada en una vivienda, y sometida sexualmente una y otra vez.
El relato, algo inverosímil, terminó dándolo la tucumana en la Policía Federal, que investiga si se trató de un secuestro extorsivo o trata de blancas.