La doctora en geografía Ana Isabel Rivas visitó esta semana el departamento junto a su marido, y escribió el siguiente posteo en cuenta de Facebook.
“A unos 1.140 km de Tucumán se encuentra uno de los oasis fluviales más grande del sur cuyano: San Rafael, en Mendoza. Tierra de frutales y vides labrada por la tercera y casi cuarta generación de inmigrantes europeos (italianos, españoles y franceses).
La Ciudad, después de 8 años, me mostró que, con planificación y criterio sostenible y sustentable, se puede cambiar el paisaje urbano: asentamientos o villas urbanizadas; amplios bulevares convertidos hoy en paseos modernos; usinas recuperadas; plazas con diseños modernos en donde sus pisos brillan como espejos, y el verde de césped y árboles resaltan entre sus caminerias; museos recuperados en una versión moderna; calles y veredas amplias y limpias; un tráfico ordenado y amplios parques recuperados para los peatones con espacios para el esparcimiento de los niños: todo es muestra de una sociedad progresista y moderna…
Hacia las afueras de la gran Ciudad, sobrevive un territorio en donde la práctica turística parece mostrar más rentabilidad que el secado de los frutales y sus viñas. A los bordes de rutas se levantan de manera alineada las cortinas de álamos con un verde reluciente, atravesados por callejones identificados por el apellido de antiguas familias residentes. En una curva o en un cruce de camimos, coloridos y llamativos puestos de venta, invitan al turista a saborear un delicioso sandwich de jamón crudo o a visitar una añeja bodega que te frena para catar perfumados vinos… entre ellos aparecen carteles que anuncian la presencia de cabañas para los turistas que desean pernotar… Todo da cuenta que este oasis apostó al turismo. Pero también este paisaje te deja nostalgia cuando observas extensas fincas abandonas, donde sobresalen algunas plantas secas de frutales o añejos olivos, como muestra de un pasado agrícola próspero que ha sido abatido por las recurrentes crisis económicas, la ausencia de políticas de desarrollo rural, o las frecuentes amenazas y destrucciones generadas por los fuertes vientos y el granizo estival… A pesar de ello, San Rafael y su gente son ejemplo de orden, limpieza y respeto que deslumbra a todo visitante!!!
Espero que ustedes, mis amigos de Facebook, puedan algún día visitarla y disfrutarla como mi esposo y yo, Rafael Di Cesare, oriundo de estas tierras”.
Dicha nota fue acompañada de un centenar de fotos en distintos sitios de San Rafael.